Concurso de microrrelato

[Bill]

Llamo a mi casa y a los tres toques contesto. Sueno más gangoso por teléfono.

[Mime]

Vale. Podríamos hacer unos intentos antes de empezar el concurso, para ver si pillamos bien el concepto.

[Bill]

Vale. Podríamos hacer unos intentos antes de empezar el concurso, para ver si pillamos bien el concepto.

El mejor que he leído hasta el momento.

[Mime]

Vale. Podríamos hacer unos intentos antes de empezar el concurso, para ver si pillamos bien el concepto.

El mejor que he leído hasta el momento.

Es que me sale el talento por las orejas!

[Psyro]

Un día caminaba tranquilamente cuando comencé a sentir una horrible presión en la mano derecha. Al principio no le dí mayor importancia al asunto, pensando que el dolor se iría tan rápido como había venido. Pero no se fue. Tres días más tarde decidí acudir al médico, quien por desgracia no halló explicación física para mi dolencia. Ni siquiera tiene mal aspecto, me dijo. Y efectivamente no podía decirse que estuviera hinchada, enrojecida ni que fuera distinta a cualquier otra mano del mundo, salvo porque la mía agonizaba bajo el peso de mi propia piel. La sensación fue agravándose hasta que al cabo de una semana me eché a llorar y supe que no podría seguir viviendo así. Acudí a varios especialistas, que confirmaron el diagnóstico del primero. Cuando el dolor empezó a impedirme dormir por las noches me recomendaron un psicólogo para tratar mis problemas de sueño. Para entonces yo ya había decidido dejar de salir a la calle, desesperado por conseguir mantener el brazo en reposo el mayor tiempo posible. Dejé de comer porque el ruido de mis mandíbulas me hacía pensar en dientes, afilados como cuchillos, arriba y abajo, triturándome los huesos de la mano.

Un día me arrastré hasta mi garaje, busqué entre mis herramientas y saqué el serrucho. Puse la mano en el suelo mismo, sin mayor preparación que dos toallas que encontré a mi lado. Y empecé a cortar. Oí un chasquido y un traqueteo inquieto que silencié gritando a viva voz. "¡Sigue!, ¡sigue!". Y seguí. No me detuve un segundo. Dos horas después envolví mi brazo con las toallas y contemplé el espectáculo. Me sentí feliz. Indescriptiblemente feliz. Todo estaba bien. Me sentí tan bien que comencé a cortar también a la altura del tobillo, riendo, gritando de puro goce. Luego fue el otro pie, el éxtasis. Entonces, cuando me disponía a seguir por el codo, comencé a sentir una horrible presión en la mano izquierda.

[Bill]

Respuesta de Orestes ante la visión de este último "microrrelato":

Joder, ¡qué parrafada!

Micro es 10^-6, dejemos en que el tuyo es milirrelato que es 10^-3

[Khram Cuervo Errante]

¡¡Frik... esteee...

[Leinster]

Con el último no he podido evitar recordar la primera peli de saw.

[Psyro]

Respuesta de Orestes ante la visión de este último "microrrelato":

Joder, ¡qué parrafada!

Micro es 10^-6, dejemos en que el tuyo es milirrelato que es 10^-3

Sigue siendo microrrelato, quejicas xD

[Gagula]

Yo también quiero probar 



Ella ancló sus ojos a los suyos, las palabras borbotaban pasión: -"Mi corazón es tuyo"-. Y se clavó las uñas en la piel, rasgando, escarbando lentamente mientras penetraban en el abdomen, apenas un gemido mientras hurgaba entre las vísceras, su mirada en la de él como estrella polar orientándola.  Sus ojos iban agrandándose, ateridos, congelándose, mientras la mano removía vísceras bajo las costillas, hasta que al fin exclamó: -Pero... ¿dónde coño lo he puesto?!!