Noticias:

Los cartagineses se acercan a Roma. En respuesta, los romanos se meten en sus casas al grito de: "No estamos". Seguro que Aníbal no se lo traga y entra en la ciudad a saco.

Menú Principal

La saga de los Avatares - Ascensión

Iniciado por Psyro, 06 de Mayo de 2009, 20:25

0 Miembros y 1 Visitante están viendo este tema.

Psyro

Puf, ahora que lo releo, debería pegarle un repasito a todos los capítulos viejos. Cómo se nota el paso de los años xD

En fin, faltan sólo un par para empezar a poner capítulos de los que no llegué a colgar en ogame. Si os está gustando me alegro de verdad ^^

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Liga ociosa de supervillanos matagatitos.

http://33.media.tumblr.com/50db7f18944ac0911893b71a9348b313/tumblr_inline_nvf0donWV31qiczkk_500.gif

Nuly

Gracias, Memmoch

"-Hoy estudiaremos el pentágono. (Profesora)
-¿Y mañana el Kremlin?... Digo, para equilibrar." (Mafalda)




Cita de: Ningüino Flarlarlar en 12 de Agosto de 2011, 12:08
Felicidades, Logan. Ya no tendré que darme prisa para contestarte los sms.

Lictea

No ha dicho "a los que les estén gustando", si no "si os están gustando", pero vamos que si no te gustan no los leas (que nadie te obliga y en paz).

:wiiiiii: Mime :wiiiiii:

Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo que tener un piano no lo vuelve pianista.
       Michael Levine

Nuly

Gracias, Memmoch

"-Hoy estudiaremos el pentágono. (Profesora)
-¿Y mañana el Kremlin?... Digo, para equilibrar." (Mafalda)




Cita de: Ningüino Flarlarlar en 12 de Agosto de 2011, 12:08
Felicidades, Logan. Ya no tendré que darme prisa para contestarte los sms.

Calabria

Me cago en tus putos laísmos Psyro, me sacan completamente de la historia (y no me digas ahora que te los señale, no me acuerdo dónde están)
Por lo demás muy bien, menuda escabechina has liado y eso que alguno parecía que iba a ser importante.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Ryle

Psyro, tú sigue posteando. Cuando arregle la impresora, me leo todo de tirón ;)
Cita de: Horses Ruiz Escribano en 09 de Noviembre de 2010, 23:37
Cita de: Deke en 09 de Noviembre de 2010, 11:59
Cita de: Sandman en 09 de Noviembre de 2010, 04:37Se fue porque nunca le llegó la respuesta adecuada a sus preguntas, y ahora que alguien se la ofrece ya no está.
Gran imagen de los pasos en las relaciones, precisamente.
Deke. Haciendonos ver paralelismos ocultos desde 2010

Psyro

Cita de: Calabria en 20 de Noviembre de 2009, 00:25
Me cago en tus putos laísmos Psyro, me sacan completamente de la historia (y no me digas ahora que te los señale, no me acuerdo dónde están)
Por lo demás muy bien, menuda escabechina has liado y eso que alguno parecía que iba a ser importante.

Soy madrileño xDDD

Corregí un huevazo de la primera parte en adelante, epro lso primeros capitulos son un caos, sintiendolo en el alma. Me aprecio en su dia bastante absurdo revisar cosas que seguramente acabe por reescribir, porque no es lo mismo lo que tenia en mente con 16 años que ahora.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Liga ociosa de supervillanos matagatitos.

http://33.media.tumblr.com/50db7f18944ac0911893b71a9348b313/tumblr_inline_nvf0donWV31qiczkk_500.gif

Calabria


Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Psyro

Deidri



El precipicio cada vez era menos profundo. Con cada piedra que quedaba atrás, Deidri sentía que recobraba fuerzas. Algo la llamaba al fondo de aquella grieta antinatural, animándola a continuar el descenso. Ya no era solo el deseo de recuperar el cuerpo de su amigo. Había algo más.
La joven había quedado tendida en el suelo varias horas antes de ser capaz de levantarse de nuevo Ni siquiera sabía decir cuántas habían transcurrido, ni si permaneció consciente durante todo aquel lapso de tiempo. Daba igual. Al despertar, se sintió con más energía que nunca. Tanto que hasta pensó por un momento que había fallecido y se dirigía a la morada de Nerbal. Las heridas que sufría la convencieron de que aún seguía viva. Y desde el fondo de la grieta, algo la llamaba con insistencia, sin saber cómo ni por qué.
Anudando piezas de tela previamente arrancadas del uniforme de los guardias muertos, improvisó algo parecido a una cuerda para descender. Por desgracia, la mayoría de ellos estaban calcinados, por lo que tuvo que usar una pequeña parte de sus propias ropas. En un principio no le dio demasiada importancia al hecho de llevar brazos y piernas al descubierto, pero cuando apenas llevaba descendidos un par de metros se arrepintió, pues las piedras de aquella gigantesca pared rocosa solían estar bastante afiladas por los bordes. Pronto, la joven se encontró cubierta de arañazos.
Deidri trató de no pensar en ello. Todo lo que quería era llegar abajo.
Por supuesto, había barajado la posibilidad de regresar al camino, donde se había separado del resto, pero tuvo que desechar la idea. No sabía cuántos soldados más podrían estar esperando lejos de las montañas. Además, los otros sabían donde se encontraba. Si habían sobrevivido, irían a buscarla.
Una lágrima le resbaló por la mejilla. Quería creer que su hermana estaría bien, que había logrado huir. Y Filion, y hasta Sartash. Sin embargo, cada vez que intentaba pensar en sus caras se encontraba con la imagen de Demian cayendo. Como mínimo le debía encontrar su cuerpo y quemarlo, según la costumbre athoriana. Si en dos días no había rastro de su hermana, trataría de regresar al castillo de su tío.
Con cuidado, se agarró a un nuevo saliente. Al levantar el pie unos cuantos guijarros cayeron, haciendo que se tambalease. Hacía unos quince minutos que su particular cuerda se había quedado corta, por lo que se vio obligada a prescindir de ella. Ahora solo dependía de sus pies y manos, y cualquier error podía matarla.
Por fortuna, el tiempo siguió pasando, inalterable, sin que hubiera ningún accidente. Las rocas eran cada vez más grandes y pronto pudo continuar su trayecto saltando de una a otra. A medida que la muchacha se adentraba más en la grieta, sentía que el cansancio iba desapareciendo. Y aquella sensación, fuera lo que fuera, iba en aumento.
El descenso hubiera resultado mucho más largo y complicado en condiciones normales. Pero con cada metro que avanzaba, cada piedra que dejaba atrás, sus fuerzas crecían.
Cuando sus pies tocaron el suelo, habían transcurrido poco menos de dos horas.
Deidri miró a su alrededor. El suelo estaba cubierto por una tupida mata de hierbas que la llegaban por encima de las rodillas. Iba a ser muy difícil dar con su amigo.
Empezó a buscar entre las plantas de su alrededor, aunque sin éxito. Allí, entre el verde, no había absolutamente nada. El terreno era liso por completo, y apenas había alguna pequeña roca de cuando en cuando. Además, los brotes se encontraban dispuestos en hileras. Sin duda, alguien había preparado todo aquello. No podía ser obra de la naturaleza.
Algo se agitó entre los cultivos. Entonces, una suave brisa comenzó a bañar todo el lugar. Era una sensación agradable, o lo hubiese sido en otras circunstancias. Pero Deidri continuaba su búsqueda, ajena a todo lo demás.
Pronto la brisa aumentó en intensidad. La corriente de aire se cerró en torno a la muchacha, como formando un pequeño ciclón. Antes de que pudiera reaccionar, algo la empujó hacia la pared rocosa. El viento la golpeaba contra el muro, impidiendo que pudiera moverse.
La temperatura comenzó a descender con rapidez. Deidri observó atónita cómo apenas unos segundos después una gruesa capa de hielo cubrió sus manos esposándola a la piedra. Sólo entonces, el viento cesó.
Trató de liberarse, pero era inútil. Estaba atrapada, por mucho que forcejease.
-Sabía que había alguien más por aquí, ¿Has visto, Ed?
La voz sonó a su izquierda. No había reparado en la presencia de un pequeño grupo que se encontraba también en el campo. En cambio, ellos sí la habían visto. Y no cabía duda, eran avatares.
El que había hablado era un hombre, no demasiado mayor. Tendría unos treinta años. Era alto y ancho de hombros, y llevaba la cara cubierta por una espesa barba pelirroja. A su lado había una chica de la misma edad que Deidri. De hecho se parecían bastante, salvo porque ella tenía el pelo de color negro y los ojos azules.
Por último, frente a ellos se encontraba una tercera persona, el joven al que habían llamado Ed. Era alto, aunque no tanto como su compañero. Llevaba el pelo revuelto, cayéndole hasta los hombros, y lucía una mal afeitada barba de tres días.
-Sí, lo he visto, grandullón -murmuró- .¿Quién eres tú? –preguntó de inmediato, dirigiéndose a Dei.
La muchacha no contestó. Estaba demasiado furiosa para hacerlo. Y demasiado triste.
-Habla -le ordenó Ed-. ¿Qué te trae por aquí?
El viento volvió. Comenzó rodeando las manos de aquel joven, para luego arremeter con fuerza contra la pared rocosa. No hacía falta ser muy listo para entender aquella amenaza.
-Lo diré por última vez. Encontramos el cuerpo de otro más. Dime quienes sois y qué buscáis, o la siguiente irá contra tu estómago.
-¿C-c-cuerpo? Demian... ¿habéis encontrado a Demian?
El aire la golpeó en el vientre, dejándola sin respiración.
-Contesta a mis preguntas, y me plantearé hacer lo mismo con las tuyas.
-Suéltame, y me plantearé contestar.
Un segundo ataque la sacudió por completo. Su cuerpo no tardó en empezar a aumentar de temperatura.
-Chris -pronunció el joven -Tu hielo se está fundiendo, ¿Qué haces?
-No es culpa mía, cielo -contestó la muchacha de los ojos azules-. Ha empezado a hacer más calor aquí.
-Soltadme -repitió Deidri con un tono que ni ella misma reconoció-. Ahora.
Una llama la envolvió desde las manos hasta la altura del codo. Después se giró hacia sus captores y lanzó un torrente de fuego contra ellos. La otra chica contestó con un ataque similar, aunque constituido por hielo. Los dos rayos chocaron con estrépito, neutralizándose.
-¡Muchacha! ¡Eres un avatar...! ¡Eres una elegida de Ardea! –exclamó el hombretón, con los ojos como platos.
-El fuego ha vuelto... -murmuró Chris.
Todos parecían atónitos. Deidri los miró sin entender.
-Vosotros también lo sois.
-Pero hasta ahora sólo habíamos visto a una elegida del fuego –le explicó la joven-. Hace sesenta años que no aparece ninguna otra.
-¿Y qué más da?
-¿No lo entiendes? -Insistió Ed-. Que tú estés aquí significa algo.
-Eres tú quien no lo entiende
Deidri hizo un esfuerzo por contener las lágrimas.
-"Demian está muerto. Está muerto, porque quiso salvarme. Y... ni siquiera sé por qué lo hizo"  –pensó-. "¿Fue por mí... o por saldar una deuda?"
-Se me ocurre algo -sugirió Ed-. Ven con nosotros al campamento. Cuéntanos lo que sepas y haremos lo mismo. Después podrás ver el cuerpo de ese amigo tuyo... y perdona el ataque, por cierto.
La muchacha meditó aquellas palabras unos segundos. ¿Tenía otra opción? Podían saber dónde estaba el cuerpo de Demian. Y si quisieran hacerla daño... eran tres contra una. Pese a su temerario comportamiento de hacía unos minutos, debido sin duda a una situación que la sobrepasaba por completo, sabía que no estaba en condiciones de vencer.
Asintió, no sin ciertas dudas.
-¿Qué campamento es ese?
-Bueno, lo llamamos así pero en realidad es un refugio. El refugio de los avatares de toda Athoria.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Liga ociosa de supervillanos matagatitos.

http://33.media.tumblr.com/50db7f18944ac0911893b71a9348b313/tumblr_inline_nvf0donWV31qiczkk_500.gif

Psyro

¿?



Abrió los ojos. Unos que no sabía si eran suyos.
No podría decir dónde se encontraba, ni tampoco quién era. Su mente estaba en blanco: intentó recordar su nombre, pero hasta algo tan elemental resultó en vano. Ni tan siquiera era capaz de reconocer sus manos. Tenía la certeza de que eran suyas. Las movía, respondían a sus órdenes. Sin embargo, le resultaban tan desconocidas como si hubieran sido las de cualquier otro.
Una luz inundó el lugar. O más bien al revés. Allí no había más que eso, luz; tan bella y brillante que tuvo que desviar la mirada. Por mucho que buscara no tenía un suelo que pisar, o una pared en la que apoyarse.
Y después vino la oscuridad.
Sintió deseos de avanzar. La sombra le llamaba con insistencia, a la vez que el fulgor desaparecía poco a poco. Pronto, todo se apagó a su alrededor.
Hasta la oscuridad empezó a desaparecer también. No quedó nada allí salvo él mismo. Sintió inquietud por primera vez, porque de verdad deseaba haberse sumergido en la negrura. Lo necesitaba tanto como hubiera necesitado comer o dormir. Mientras la sensación de agobio le torturaba, comenzó a andar. Si es que en aquel mundo era correcto usar ese término, pues no había nada que pisar con los pies ni un punto al que dirigirse.
Le dolía la cabeza. Cada vez que intentaba recordar algo, notaba como si le golpearan con un martillo.
-Martillo... -murmuró. La palabra le resultaba tan familiar...
Siguió andando durante horas, sin encontrar rumbo para sus pies pero tampoco para sus pensamientos. No estaba cansado. De hecho, dudó que el cansancio existiera en realidad. Allí sólo estaba él. Y lo demás no importaba. Incapaz de llegar hasta las desaparecidas sombras y sin saber quién era, no quería ni siquiera buscarle un sentido a todo. Se sentía vacío.
-Martillo...
El dolor se agudizó. Cayó al suelo, trató de gritar. Pero el sonido no salió de su boca. O al menos, él no lo oyó.
-Fuego...
Poco a poco se fue reincorporando y continuó su camino. De repente supo que buscaba algo, algo que lo esperaba en medio de la nada más absoluta.
Fue entonces cuando Ella apareció. Se presentó ante él vistiendo una fina túnica plateada, que apenas ocultaba su perfecta figura. Una diadema del mismo color recogía sus cabellos dorados. Era sin duda la mujer más bella que había visto, pese a que no recordaba a ninguna otra. No importaba. Su belleza trascendía lo humano.
Avanzó hacia él con decisión. Y de pronto se sintió pequeño, porque sabía quién era la persona que se encontraba delante.
-Varah, mortal -pronunció en perfecto Henia a modo de saludo. Su voz era dulce, casi musical.
-¿Es ese mi nombre? -preguntó-. ¿Mortal?
-Aquí nada tiene nombre, porque nada lo necesita, hijo mío. ¿Cómo prefieres que te llame?
-No lo sé. No recuerdo ningún nombre.
-Entonces te llamaré así de forma provisional. Debes saber que eres la primera cosa que me obliga a pensar cómo referirme a ella en este lugar.
Ella sonrió, pero él no sabía cómo sentirse. Podía sentir su mirada atravesar cada centímetro de su cuerpo, con aquellos ojos imposibles. Salvo por un iris verdoso que le recordó enormemente al suyo propio, eran del todo negros.

-Sé quién eres tú. Azhdar. ¿Qué hago aquí, hablando...?
Su voz se llenó de inseguridad. No tenía sentido.
-¿...con una diosa? –concluyó por fin.
-Estás aquí porque yo lo quise. No tengas miedo.
Ella se acercó aún más, pero siguió guardando una cierta distancia. Y durante unos segundos, él no sintió nada. Sólo paz.
Sólo a Ella.
-¿Dónde estoy?
-En ninguna parte. Estás en la mitad del Camino. Has dejado el camino de Shorel, el de la vida. Pero no has fallecido tampoco, porque no has llegado aún con Nerbal. Te he reclamado para mí, mortal. Te necesito. Así que aquí estás. No muerto, pero tampoco vivo.
La cabeza le daba vueltas. Cada nueva información le atravesaba como una flecha, aturdiéndolo.
-¿Qué puedes querer de mí?
-Mi pobre muchacho...  mientras estés aquí no podrás recordar tu vida anterior. Y cuando regreses y abras los ojos, me olvidarás. Pero el mensaje que voy a darte volverá a ti tarde o temprano. Por eso, voy a contártelo todo. Porque algún día necesitarás saber.
-Te escucho.
-Antes dime, ¿qué sabes de la Gran Guerra?
- ¿La Avatharea? -La palabra acudió a su memoria antes de que él mismo se diese cuenta.
Ella negó con la cabeza
-La Avatharea sólo fue una consecuencia. Antes que eso, se libró una batalla más importante. Me temo que casi todos la han olvidado ya.
-¿Cuál?
-La que libraron Assel y Uma, querido. Mis hijos lucharon una vez en tu mundo y lo destruyeron casi por completo. Es por eso que decidieron que en adelante no volverían a hacerlo. Y por ello también nacieron los avatares, hace casi cuatro mil años. Vuestros libros de historia no tocan el tema. ¿Cómo hablar de algo que no se conoce?
Él meditó aquellas palabras. Estaba casi seguro de haber oído algo semejante con anterioridad, pero no podía asegurarlo con convicción.

"Porque Azhdar realmente ama este mundo, y una lucha entre los dioses lo destruiría"

Las palabras retumbaron en su cabeza. De nuevo sintió dolor.
-He hecho todo lo posible por que eso no vuelva a suceder. Pero aún van a librase dos batallas más. Primero, Issel y Ardea. Sus dos elegidos están ya listos, y es inevitable que se enfrenten. Y cuando eso suceda, llegará el turno de sus padres.
Él se estremeció.
-¿Te refieres a...?
La diosa asintió con la cabeza.
-También ellos han decidido acabar con su rivalidad. Lo que puede ocurrir cuando sus dos avatares, los más poderosos que jamás ha visto nadie, luchen... Es imposible saberlo. Por eso, he decidido actuar. Querido, yo también enviaré a mis elegidos. Serán ellos los que mediarán entre el fuego y el hielo, entre la vida y la muerte. Y de ellos dependerá todo lo demás. ¿Comprendes lo que eso implica? ¿Sabes cuál es tu papel?
-Sí.
-Entonces todo está listo.
La luz apareció de nuevo. El muchacho avanzó hacia ella sin dudar. De pronto anheló aquella nueva puerta que se le abría, tanto como había deseado cruzar a las sombras tiempo atrás. Antes de desaparecer y abandonar aquel camino, pudo oír la voz de la diosa llamándolo por última vez.
-Aún no despertarás. Pasarán horas antes de que puedas hacerlo, tal vez días. Y tampoco puedo curar tu cuerpo por completo. Sé fuerte.
-Lo seré.

Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.

Liga ociosa de supervillanos matagatitos.

http://33.media.tumblr.com/50db7f18944ac0911893b71a9348b313/tumblr_inline_nvf0donWV31qiczkk_500.gif

Últimos mensajes

Qué hago aquí? de Mskina
[Hoy a las 01:46]


Felicidades de YoYo
[Hoy a las 01:42]


Vuelven los gatos de Charlosp
[Hoy a las 01:39]


Inversiones: esquemas Ponzi, buy high sell low, el timo del value, etc de Mskina
[Hoy a las 01:37]


Adivina la película de Mskina
[Hoy a las 01:35]