- ¡Vamos, rápido!

El jaleo en la casa consistorial era considerable. Se oían carreras y voces. El alcalde estaba fuera de sí y corría de un lado a otro como una gallina sin cabeza.

- Garith, trae los planos de la Mina Zura. ¡Necesitamos saber cuál es el tunel hundido! Harold, ve a por el capataz y que te dé los esbozos de los proyectistas, a ver si podemos acceder por otro lado. Nirmë... ¡Nirmë! ¡Deja de entretenerte y atiende! Ve al almacén del maderero y dile que tenga lista toda la madera que pueda, habrá que apuntalar varios túneles.

Pronto, toda Majapiedra era un hervidero de actividad. La noticia corrió como la pólvora. Dos mineros habían quedado atrapados en un túnel que se había venido abajo. Había que sacarlos como fuera. Por las nuevas que llegaban de la mina, aún estaban vivos, pues se los oía gritar.

- ¡Pedid auxilio! - bramó el alcalde. - Hay que bajar, y hay que hacerlo ya.

En el asunto de la experiencia, el que la quiera, que me mande un mp y le llegarán los puntos adecuados a su actuación.