Entonces le arreo con el sable, a lo bruto.

esto? salgo de entre los arbustos con tiry y le digo -vaya lo que nos hemos perdido,,,y ahora tu hermano no esta y muchos tampoco que hacemos ayudamos a abrir la puerta? o seguimos escondidas?meow

Con un ensordecedor gemido, se abre la puerta de la iglesa de Santa Catalina al fin.

Dentro todo es oscuridad, excepto cuatro pequeños leds de las luces de emergencia, que se han instalado hace poco. Los orgullosos pendones se mecen por las pequeñas corrientes de aire que la piedra, por el desgaste de siglos, deja pasar.

A la izquierda se eleva la imponente tribuna, desde donde los mozos y los hombres jóvenes oían misa antaño. Bajo ella, hay una pequeña capilla, que guarda los utensilios que se usan en los entierros y el desvencijado material que el órgano, instalado en la tribuna, ha ido desprendiendo con el pasar del tiempo. A la izquierda se abre la nave principal de la iglesia.

Una bellísima columnata de 5 unidades, aparentemente talladas en una única roca enorme, pues el tiempo ha borrado las juntas, dividen la sección en tres. Al frente, el hermosísimo retablo con pinturas de San Juan y Santa Catalina de Siena, de estilo barroco, refulge tímidamente a la luz de la luna que se cuela entre las opacas vidrieras. A cada lado de la nave principal hay dos pequeñas capillas. Una está dedicada a San Isidro, pues es patrón de labradores.

La otra tiene un impresionante cuadro de San Antonio.

Monçada deja escapar dos lágrimas.

Yo sigo en frenesí?

Disimuladamente, me quedo en la puerta y miro de reojo el interior. Todavía no tengo muy claro que vaya a entrar, los hechos de hoy habían cambiado mi visión de la situación.

- Monseñor, por favor, entre usted primero en la casa del señor, es un derecho que le pertenece.

Cuando pase Monçada, voy detrás de él arrastrando a Thylzos del cuello de la chaqueta.

@Gin: no, ya no.

Me dejo arrastrar obedientemente del cuello. Total, tenía pensado entrar.

Observo que Angelique sostiene la cabeza de El Tipo, sin ojos, sin boca... Me pregunto qué habrá pasado. Los veo entrar y les sigo.

Sale una musiquilla rock de Angelique, así que lanza la cabeza semiaplastada y mutilada de Javier fuera de la iglesia para sacar el teléfono más chulo que habéis visto nunca y contesta furiosa.

- ¡Maldito idiota! Estoy dentro de la iglesia, ¿sabes como resuena el cacharro este aquí?

Angelique empieza a caminar en círculos por la iglesia mientras habla, por costumbre.

- A ver, cenutrio. Seguid el curso del río. Encontraréis un camino que lo cruza. Seguid ese camino e iréis a dar a la carretera por la que hemos venido.

Cuelga el teléfono y vuelve a guardarlo.

- Bueno, con éste jaleo quien quiera que haya aquí imagino que ya se habrá dado cuenta al menos de que no está solo. En guardia.