Hola qué tal.
Una profesora especialmente incompetente nos ha enviado un informe publicitario pseudo-científico (repleto de fallos terminológicos y hasta de ortografía) sobre la fantástica mejoría que experimentan las víctimas de abusos si dejas que pasen nueve meses y les das flores de Bach (gotas de rocío diluidas en agua) de vez en cuando. Quiere que le escribamos un artículo sobre lo maravillosas que son. Yo he preferido explicar por qué ese informe es un fraude.
Si tenéis un momento me encantaría que pudierais echarle un ojo, especialmente por los errores e inexactitudes científicas que probablemente tendré. Grasias de antepierna.
El timo de la florecita
Ayudar a alguien que sufre es un fin loable. Resulta difícil achacar intereses egoístas a una empresa que trabaja para mejorar la salud de los dolientes. Desgraciadamente, a lo largo de las épocas hemos sido testigos de las prácticas atroces que la mentalidad empresarial puede llegar a promover en nombre del beneficio económico.
Desde los albores de la historia de la medicina, los curanderos siempre han sabido que los que sufren sin remedio son uno de los grupos más interesantes a los que ofrecer sus productos. Se trata de personas que lo han probado todo sin encontrar consuelo, que desean sinceramente que su remedio funcione. La charlatanería a la hora de presentar la cura es más importante que sus efectos, hasta tal punto que algunos compradores llegan a sentir mejorías sintomáticas mediante tratamientos ficticios. ¿Cómo es esto posible?
Se trata del efecto placebo, conocido al menos desde el siglo XIX: en el diccionario médico de 1811
Lexicon Medicum, el doctor Robert Hooper definió este tipo de tratamientos como "medicinas más aptas para contentar al paciente que para auxiliarle". El investigador Henry K. Beecher profundizó en la cuestión a mediados del siglo XX en su tratado
The Powerful Placebo (1955) y alertó de sus peligros: observó en quince dolencias diferentes que las aparentes mejorías eran fluctuantes y solo atenuaban los síntomas, nunca la afección. Concluyó que dependían completamente de la sugestión del paciente, y que estaban más relacionadas con el estrés sufrido durante la dolencia que con la acción del médico.
Beecher abogó por la implantación del doble ciego en los ensayos clínicos, un método consistente en comparar la efectividad de una sustancia con la de un placebo, sin el que hoy en día no se podría comprender la medicina moderna y es obligatorio para cualquier investigación farmacológica. Gracias a sus esfuerzos por concienciar a la comunidad científica, la mayoría de los pacientes son conscientes de la existencia del efecto placebo y son más difíciles de engatusar por los remedios milagrosos.
Con todo, aún existe una minoría consumidora de pulseras holográficas y almohadas magnéticas a la que las empresas saben exprimir su dinero. Promocionan sus productos mediante falsos estudios científicos que no atestiguan el estado de los pacientes tras el fin del tratamiento o incurren en convenientes errores de metodología.
Estas empresas han sido consistentemente denunciadas a las autoridades y sentenciadas por publicidad engañosa. El caso más reciente ha sido el de la empresa Power Balance, condenada por fraude y obligada a pagar 42 millones de euros a sus consumidores en Noviembre de 2011 por un tribunal de Estados Unidos; además, la Junta de Andalucía le había impuesto previamente una sanción administrativa por el mismo motivo en Noviembre de 2010.
La revista
Digitalis se declara muy lejos de esas prácticas. Se trata de una publicación del Instituto Superior de Medicinas Tradicionales que persigue un acercamiento científico riguroso a la investigación de terapias alternativas. No obstante, se encuentra en cierta desventaja al publicar sus artículos sin la mínima revisión por expertos requerida para que una investigación sea declarada fiable por la comunidad científica, según reconoce su consejo de redacción en su website.
La psicóloga María Beloso publica en esta revista un interesante artículo titulado
Flores de Bach y violencia de género, que estudia los efectos de la terapia floral sobre víctimas de violencia conyugal. Su investigación plantea una importante cuestión: ¿Cómo funciona este tipo de terapia? Y no se debe a que levante la más mínima duda sobre sus fundamentos, sino a que no los explica en absoluto.
El doctor Edward Bach fue un investigador de principios del siglo XX que la doctora Beloso ubica erróneamente en el campo de la bacteriología; en realidad, el doctor Bach de hecho rechazaba la teoría microbiana de la enfermedad. Sostenía que las enfermedades eran en realidad provocadas por la distonía entre los propósitos del alma y la personalidad del individuo, por lo que abandonó el método científico para elaborar intuitivamente sus propios remedios a partir de los poderes que él atribuía de forma abstracta a diferentes tipos de flores.
Nunca fue capaz de explicar por qué sus gotas de rocío diluidas en brandy y agua provocaban una mejoría sintomática en una pequeña cantidad de sus pacientes, así que tampoco es de extrañar que la doctora Beloso también se abstenga de hacerlo. Cuestionado sobre este asunto, el doctor Bach atribuyó su efectividad a la intervención de los cuatro elementos aristotélicos: "La Tierra cuida de la planta, el Aire la alimenta; el sol, el Fuego, la activa para impartir su poder y el Agua lo recoge y se enriquece de su benéfica curación magnética." [BARNARD, Julian (2004).
Bach Flower Remedies.]
La doctora Beloso documenta una esperanzadora media de 76% de efectividad pasados nueve meses en el tratamiento de la fatiga, los dolores musculares, la cefalea, el estrés postraumático, la debilidad muscular, las disfunciones sexuales, la ansiedad, los trastornos del sueño, las "dificultades en las relaciones personales", la
desestabilidad (sic) emocional, la tristeza y la apatía. Además, declara una mejoría parcial en el 27% restante.
Sin embargo, se trata de cifras tan ilusionantes como ilusivas. Si la revista
Digitalis sometiese sus artículos a arbitraje, la primera pregunta que cualquier experto se habría hecho habría sido: ¿Cuál fue la evolución de los síntomas en los pacientes sometidos a un placebo? La doctora Beloso no parecía muy interesada en la respuesta a esa pregunta, pues no elaboró ningún tipo de estudio con placebos. Por lo tanto, resulta imposible estimar qué porcentaje de esos pacientes fue sanado por algún principio activo en las gotas de rocío y qué porcentaje se vio afectado por el efecto placebo derivado de las visitas quincenales a un especialista durante nueve meses.
Ante esta duda razonable cabe preguntarse cuál es la diferencia entre la evolución natural de los síntomas y la de los pacientes sometidos a tratamiento. No obstante, será una pregunta difícil de contestar teniendo en cuenta que la doctora Beloso ni siquiera observó un grupo de control para estimar qué porcentaje de la mejoría era esperable tras nueve meses; es decir, que resulta imposible conocer la verdadera efectividad de este tratamiento. En consecuencia, estas cifras no aportan ningún tipo de información científica más allá de la certeza de que, efectivamente, la revista
Digitalis no somete a revisión de expertos sus artículos publicados.
Como resulta imposible discernir cómo o cuánto afectó la terapia a los pacientes, las empresas distribuidoras de flores de Bach harían bien en no incluir las optimistas interpretaciones de la doctora Beloso en la publicidad de sus productos: no se adecúan demasiado a lo que la ley entiende por una opinión científica. Que esté publicada en una revista como
Digitalis señala que para sus redactores prima su condición de publicación promocional del Instituto Superior de Medicinas Tradicionales por encima de su pretensión de rigurosidad científica.
Nos queda la esperanza de que algún día otros científicos más rigurosos recojan la filosofía de la revista Digitalis para llevar a cabo una verdadera divulgación científica sobre las terapias alternativas. Esperemos que suceda pronto, teniendo en cuenta que se estima que el gobierno español destina 950 millones de euros al año a terapias pseudo-científicas. ("El derroche en tratamientos inútiles sangra la sanidad pública",
El País, 15/02/2012, Edición Digital)
Luego lo leo. Pero de momento te aconsejaría que cambies el título, me suena harto infantil.
Sólo mi opinión.
Me lo sugirió ella :lol: :lol: :lol: :lol: :lol:
Cita de: Vandemar en 15 de Mayo de 2012, 18:31
Luego lo leo. Pero de momento te aconsejaría que cambies el título, me suena harto infantil.
Sólo mi opinión.
Agree.
Con dos cojones. Ya está bien de mamarrachadas pseudocientíficas.
A mí me has convencido.
Aunque lo del título... el -ita sí le da un aire desenfadado o infantil o como queráis llamarlo. E incluso despectivo y deberías ser neutral y esas cosas no? Si quieres poner algo de ese palo prueba con un "El timo de las flores" que queda más serio.
Teniendo en cuenta que no son gratis.... Flores a precio de "costo".
Cita de: Orestes en 15 de Mayo de 2012, 19:06
deberías ser neutral y esas cosas no?
:lol: :lol: :lol:
El "ita" hace falta para el juego de palabras con "el timo de la estampita". Si lo queréis quitar, directamente hay que cambiar el título entero :lol:
Cita de: Orestes en 15 de Mayo de 2012, 19:06Aunque lo del título... el -ita sí le da un aire desenfadado o infantil o como queráis llamarlo. E incluso despectivo y deberías ser neutral y esas cosas no?
Es que a mi profesora le encantan estas pamplinas. Es un juego de palabras con "el timo de la estampita", se le ocurrió a ella.
En cuanto a lo de ser neutral, yo cuento la verdad. Si la verdad no es neutral, no es culpa mía :gñe:
Oh, puestos a juegos de palabras: "Métete la flor por el ojal"
Deke, he creido que a pesar de la idiosincrasia que te caracteriza para expresarte por aquí, tienes el gusto de la distinción en asuntos profesionales (aunque esto sea un mero ensayo). Bajaste de mi pedestal uhm...
Esto parece más una crítica sensacionalista que un artículo científico (quiero suponer que el trabajo debiese a un marco científico).
Ignorame si quieres, pero a mi gusto, se te fue el sentimiento contra la Beloso que con el timo de la florecita... Puedes volver a escribir lo mismo sin perder el enfoque del timo de la florecita y no en el cinismo de la mercadotecnia en los tratamientos alternativos.
Pos deja ese título, si total, es para aprobar y a tu profe le gusta, no?
Cita de: Deke en 15 de Mayo de 2012, 19:17
En cuanto a lo de ser neutral, yo cuento la verdad. Si la verdad no es neutral, no es culpa mía :gñe:
Los Simpson - La verdad (http://www.youtube.com/watch?v=v116UWoKKPw#)
Cita de: Lesirg en 15 de Mayo de 2012, 19:19Deke, he creido que a pesar de la idiosincrasia que te caracteriza para expresarte por aquí, tienes el gusto de la distinción en asuntos profesionales (aunque esto sea un mero ensayo). Bajaste de mi pedestal uhm...
Esto parece más una crítica sensacionalista que un artículo científico (quiero suponer que el trabajo debiese a un marco científico).
Ignorame si quieres, pero a mi gusto, se te fue el sentimiento contra la Beloso que con el timo de la florecita... Puedes volver a escribir lo mismo sin perder el enfoque del timo de la florecita y no en el cinismo de la mercadotecnia en los tratamientos alternativos.
Muchas gracias por la crítica, yo también me sentí así la primera vez que lo leí. No, el artículo no era para un marco científico, soy el único que lo ha enfocado así. Ella quería que lo relacionásemos con la realidad social de las víctimas de la violencia familiar.
A mí también me habría gustado profundizar más en lo sesgado que estaba el informe y esta disciplina en sí misma, pero tenía límite de extensión y no me apetecía esforzarme más pa una asignatura cochina :fiu:
Yo estoy con Lessirg. Apóyate más en la ciencia. Escoge el prospecto y ve refutando todo aquello que ellos reclaman como comprobado. Dará más efecto.
Aunque el título me parece perfecto. Yo lo hubiera titulado: Comeflores y sus gilipolleces. HOY: cómo curar sin curar.
Hay que reconocer que el título de Khram tiene más garra :lol:
Anda, las flores de Bach!
Yo lo probé hace eones porque al rededor de mis padres había mucha pseudociencia y cosas raras y les digeron y aseguraron que funcionaban a las mil maravillas y como no sabian que más hacer conmigo...
El caso es que no me hizo absolutamente nada aunque es comprensible que en algunas personas pueda funcionar debido en parte al efecto placebo y en parte a meter una rutina marcada (tomarse unas gotitas que no hacen nada X veces al día) que puede ayudar a meter el ritmo y la disciplina aunque sea a una pequeña escala a una vida o que los necesita.
Eso si, me dieron una bolsita monísima para que metiese el botecito y lo tuviese siempre conmigo
Deke, echa todo para atrás.
Yo pensaba que la homeopatía y las flores de Bach eran un completo engaño, unos magufos aprovechándose de gente con el cerebro blando, pero el post de Charlosp me ha hecho cambiar de idea. Está claro que funcionó.
Charlosp era normal, le dieron flores de Bach, y ya no lo es. Le gustan las flores, los animalitos, abrazar árboles... está clarísimo que las flores de Bach han mutado sus genes.
Propongo que Charlosp se vaya a vivir al laboratorio de Khram, y que le estudien.
Hmmm cuantas becarias deciais que tenia khram?
Atrás, buitre. O sufrirás mi ira.
Buitre? me parece muy mal que llames carroña a tus becarias, Khram. Y yo que pensaba tratarlas con toda mi caballerosidad y el respeto que merecen unas personas tan estupendas, correctas y cultas como deben de ser ellas... estoy muy decepcionado contigo, ya no me dejaré investigar por ti jummmm
Hay shuuufings volando. Y se te está poniendo cara de aeropuerto.
khram, no hay nada de malo en que charlosp escriba un par de poemas y invite a unas fantas a tus becarias...
Deke, mañana me leo el artículo de marras, pero a mi me gusta tu título
Cita de: Khram Cuervo Errante en 15 de Mayo de 2012, 19:40
Yo lo hubiera titulado: Comeflores y sus gilipolleces. HOY: cómo curar sin curar.
"¿Eres tonto o comes flores?"