Noches de Sangre, Fuego y Sombras. El Concilio (1ª Noche)

[ayrendor]

-Pues yo diría que te he visto en algún video casero, tio - digo sonriendo divertido a media voz. El tipo lleva actuando raro toda la noche, a ver si cosigo una buena escena.

De momento parece que los toreador se estan luciendo cada uno a su manera, muy al estilo del mentor. Me pregunto para mi si se conoceran, pero descarto preguntar. No aun, no es el momento. Por ahora estoy recibiendo buenos planos.

[El tipo]

-Seguramente se trataba de ese maldito pirómano que tiene mi cara. Me aseguraré de quitársela en cuanto lo encuentre.- Me doy cuenta de que estoy apretando los puños y hago una pequeña pausa para tranquilizarme.- Pero dejemos de hablar de esos temas, aún guardo alguna esperanza de que el Sheriff no conozca youtube. ¿Tienen alguna idea de por qué estamos aquí?

[Logan]

Me alejo de todo, sorprendido aún. Esos dos vástagos son increíbles.

[Poison Gilr]

Se acerca a Jean Paul

Hola, me llamo Eire y soy pelirroja

[ayrendor]

-Seguramente se trataba de ese maldito pirómano que tiene mi cara. Me aseguraré de quitársela en cuanto lo encuentre.- Me doy cuenta de que estoy apretando los puños y hago una pequeña pausa para tranquilizarme.- Pero dejemos de hablar de esos temas, aún guardo alguna esperanza de que el Sheriff no conozca youtube. ¿Tienen alguna idea de por qué estamos aquí?

-Ordenes de arriba - primer plano a la cara del tal John-. Y cuando vienen de tan arriba no suelen dar muchas explicaciones. De todas formas, si te consuela veo un buen patron entre la mayoría de nosotros - doy un pequeño giro para captar mas expresiones-. No vamos a morir, bueno no aquí. O eso creo, no suelo equivocarme...casi nunca - vuelvo a apuntar a su cara-. Aunque no creo que ninguno tuviera elección. Cuando el principe te dice que bebas, solo puedes preguntar cuanto.

[El tipo]

El Malkavian comenzaba a caerme pesado ¿Me estaba filmando de verdad? La luz de la camara parecía indicar que si. Como fuera, estaba quedando bastante gracioso y yo no iba a ser quien le cortara el juego. Mejor que otro fuera el que lidiara con su demencia en cuanto pierda la cámara.

-Tan cierto como la vida misma.- Digo mientras me aparto un poco para indicar que no quería seguir hablando. Valla uno a saber donde iba a terminar ese video.

[Der Metzgermeister]

*Jean Paul se gira para atender a la persona que se está dirigiendo a él y...

¡Oh, Dios Santo! ¡Un Gangrel! ¡Y casi me toca!

*El atisbo de una ligera mueca intenta asomarse a su cara, pero logra reprimirla sin que apenas se note nada. Se sorprende de la reacción de la chica, que para nada esperaba.

Bueno, supongo que si un humano puede tener animales de compañia la Camarilla tiene derecho a disponer de sus propias mascotas con la que jugar. En cualquier caso, no perdamos los nervios. Parece que la chica hace todo lo posible por esforzarse.

- Encantado, Eire - le dedica una majestuosa sonrisa - Yo soy Jean Paul, para servirte en lo que plazcas. - inclina levemente su cabeza a modo de saludo y le tiende la mano - Veo que vienes acompañada.

[Poison Gilr]

Mira la mano, mira a Alex, mia a Jean Paul y se aleja a donde están el resto de los gangrels

[khalanos]

Un ligero carraspeo cortó las conversaciónes, todos os girasteis hacia uno de los guardia que tenía la mano en la oreja como si atendiese a algún comunicador.

-El señor Al-Asmal os recibirá ahora- dijo con seriedad mientras tanto él como su compañero se apartaban permitiendo el acceso a la escalera.

-Vuestros guardaespaldas deberán de esperar aquí- añadió el otro manteniendo la actitud marcial.

Ascendisteis por las sencillas escaleras blancas hasta una puerta de cristal opaco que se abrió ante vosotros, frente a vuestro extraño grupo se habría una sala de reuniones medio en penumbra.

Al fondo presidiendo la mesa se encontraba la inconfundible figura de tez oscura que era Qadir, Sheriff de Nueva York, a sendos lados de él estaban la primogénita Gangrel cuyo rostro bestial mostraba patentes signos de preocupación y David Morgan, Azote de la ciudad cuya mirada se encontraba perdida en el infinito.

El Toreador no se puso de pie ante vosotros y os escrutó con la mirada, dirigiendo un único gesto cariñoso, a modo de sonrisa, a Violeta. Después os indicó que tomaseis asiento en una de las butacas de cuero negro situadas alrededor de la mesa, varios cuadros decoraban las sobrias paredes del interior de la estancia a cuya izquierda se abrían otras puertas de cristal que daban acceso a las habitaciones privadas de Qadir.

[El tipo]

Hago una reverencia y tomo asiento en silencio. El ambiente no era apropiado para nada más.