Taberna

[Khram Cuervo Errante]

- Vaya, hola, shun'karith. ¿Qué tal está tu hermano? Verás, ahora no tengo limonada, pero tengo té de canela, de ese que tanto le gustaba a Gaavah. ¿Querrás una taza, Asthaar?

[Anthorath]

-Oh, es una pena que no tengas limonada, y agradezco tu ofrecimiento pero no me apetece té de canela-

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[Thylzos]

- Y ahora me mandan a callar... los músicos, esa profesión incomprendida. -Murmuro en voz alta mientras muevo la cabeza horizontalmente.- ¡Ey, camarero!, ¿me sirves una cerveza? Ahora mismo no tengo dinero encima, la verdad, pero podrías apuntármelo, sabes que pago mis deudas. -Digo guiñando un ojo y volviendo a rasgar las cuerdas para comenzar un viejo romance de la región.

[Khram Cuervo Errante]

- ¿Y cuando piensas pagarlas?

[Thylzos]

- Cuando me devuelvan el dinero que me deben. Le presté un poco a esa bortai que da vueltas por el pueblo, pero no volví a saber nada de ella y hasta que no averigüe donde para, no podré recuperar lo mío. -Toco unas notas tristes con el laúd.- Esto me pasa por ser tan buena persona.

[Clave]

Empujo las puertas de la taberna para poder entrar, inevitablemente estas hacen demasiado ruido, lo que hace que toda la taberna haya puesto los ojos sobre  mi y yo sobre ellos.

Había mas clientela que la ultima vez que estuve lo que puedria ayudarme un poco. Aunque a muchos de ellos preferiría hacerles tragar acero templado.

Me acerco a la barra y llamo al tabernero con voz grave:

-Tabernero! ponme algo de carne estoy hambriento!.

...

Mientras engullo el plato me quedo mirando al ruganita y le digo con voz desafiante.

-He escuchado que han matado a uno de esos viejos monjes ruganitas.

[Mystik]

Oigo un comentario hacerca de un asesinato, no me extraña. Me concentro para seguir oiéndolos entre el jaleo general mientras espero a que el tabernero me vea para hacerle un señal y que se hacerque a mí.

[Khram Cuervo Errante]

- Cuando me devuelvan el dinero que me deben. Le presté un poco a esa bortai que da vueltas por el pueblo, pero no volví a saber nada de ella y hasta que no averigüe donde para, no podré recuperar lo mío. -Toco unas notas tristes con el laúd.- Esto me pasa por ser tan buena persona.

- O por no saberte nuevas canciones. Ya, ya sé que me vas a decir que la parroquia que se reúne aquí no tiene oído para el arte y demás, me lo dices siempre. Pero últimamente tenemos muchos extranjeros. Quizá ellos te escuchen con oídos renovados.

Empujo las puertas de la taberna para poder entrar, inevitablemente estas hacen demasiado ruido, lo que hace que toda la taberna haya puesto los ojos sobre  mi y yo sobre ellos.

Había mas clientela que la ultima vez que estuve lo que puedria ayudarme un poco. Aunque a muchos de ellos preferiría hacerles tragar acero templado.

Me acerco a la barra y llamo al tabernero con voz grave:

-Tabernero! ponme algo de carne estoy hambriento!.

- Ahora mismo, señor de la estepa. ¡Chico! ¡Trae un buen pedazo de carne para este señor! ¡De esa que está en el espetón, el ciervo!

Oigo un comentario acerca de un asesinato, no me extraña. Me concentro para seguir oyéndolos entre el jaleo general mientras espero a que el tabernero me vea para hacerle un señal y que se acerque a mí.

- Dígame, caballero.

[master ageof]

Tras un sueño reparador en una de las habitaciones de la posada, me dirijo a la salida presto a volver a la biblioteca -o adonde quiera que me lleven mis pasos- cuando oigo una conversación acerca del asesinato de un monje.

El asunto capta de inmediato mi atención. Al parecer el monje asesinado era ruganita. Decido acercarme e informarme yo también.
El que ha hablado es un enorme bárbaro, sin duda un bortai. Su presencia es intimidatoria. Avanzo entre las sombras tratando de pasar desapercibido y, al llegar a él, le pregunto:

-¿Un asesinato, dices?  -me esfuerzo por hablar de forma coloquial-. Me interesaría conocer todo lo relativo al asunto, si sois tan amable -no lo consigo.

[Khram Cuervo Errante]

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