Mafia "La Escama de Arraizut" - [Acabada]

[Lance]

Voto: Eritea

Entre los 4 que no hay investigados, ella me huele peor...

[ayrendor]

Recuento:
Eritea: 3 votos (Say, Wheatley, Lance)
Maxus: 1 voto (Calabria)
Lance: 1 voto (Minerva)

Esto se acaba en 2 horas.

[AnotherCheese]

Perdonad, llevo toda la tarde encontrándome fatal y he ido leyendo, pero sin responder.
Por mi parte Voto Eritea, no es que no me cuadre ni su nombre ni su rol, pero tiene algo que no me convence... Eso sí, me sorprende que Lance tenga esos usos cuando son bastante promafias... menos mal que era raro que hubiera más de un multiusos, ¿eh?

Pero bueno, lo dicho, puede haber los que le den la gana a Ayr mientras no tengan las mismas acciones (o sí, todo depende del máster) así que por mí me creo a Lance. Que además está confirmado.

[ayrendor]

Recuento:
Eritea: 4 votos (Say, Wheatley, Lance, Anothercheese)
Maxus: 1 voto (Calabria)
Lance: 1 voto (Minerva)

Esto se acaba a medianoche, o cuando alguien llegue a seis votos.

[ayrendor]

Completar un puzzle es siempre una cuestión de tiempo. Y mientras algunos jugadores se habían esforzado en recopilar piezas centrales, otros se habían dedicado a delimitar los bordes del rompecabezas. ¿Quién había actuado con mayor inteligencia? Difícil de decir. Lo que estaba claro es que había niños que ya habían comenzado a atar cabos. Quien más y quien menos habían visto las patrullas, y casi todos coincidían en que la mayoría de los atrapados habían pasado por ciertas manos que todos reconocían. Ninguno se atrevió a decirlo en voz alta, pero el miedo a sus mayores se había instalado en el interior de cada uno de ellos.

La idea vino de Sim, que en pocas horas se había convertido en una figura para todos los jugadores libres. Lo cual no significaba que todos creyeran en aquel granjero escapista. Había quien temía que realmente fuese un topo enviado por quien estuviera al cargo de la Casa de Castigo. Sin embargo, su arrojo fue suficiente para poner en marcha los engranajes de aquel gran mecanismo. El plan comenzaba con un herrero espigado y furioso por la desaparición de su sobrino. Escogieron al mejor mentiroso para tratar con él. En parte porque Sim no podía pavonearse delante de Greyson Filo sin volver a ser encerrado, aunque el hecho de tener que improvisar verbalmente pesó mucho más en la decisión. Siete niños entraron en la herrería, salieron tan solo cuatro. El herrero era un hombre precavido, así que tres de los pequeños se habían quedado con su aprendiz allí dentro. Si los críos intentaban gastarle una broma lo pagarían caro.

Greyson encabezó la expedición con mirada sombría y paso decidido. Intentaba no parecer nervioso, pero le temblaban las manos de ira. La gente con la que se cruzaban se apartaba de su camino sin atreverse a mirarles directamente. El grupo emanaba un aura de pesimismo que espantaría al más alegre ciudadano de Weddick. La taberna también era sombría, como si estuviera preparado para acoger el aire funesto de sus visitantes. El herrero abrió la puerta con furia contenida, y una vez dentro se dirigió directamente a la barra. No había nadie a la vista, así que se dedico a golpear con el puño cerrado la madera. Uno de los niños comento que parecía que estaba invocando a los fantasmas. No obstante, lo que penetró en la sala común desde la cocina era un ser muy físico. Tan terrenal era el hombre que su barriga entró unos pasos por delante del resto del cuerpo. No parecía muy contento con tener visitantes con el establecimiento cerrado. Aunque con lo feo que era Turff, dueño de la Garra Verde, era difícil saber si aquello no era una su expresión natural.

Eritea era...Turff - Maniático de la limpieza

- ¿Qué coño haces aquí? – pregunto escupiendo en la barra para luego sacarle brillo con un mohoso trapo de cocina –. No recuerdo haber cambiado el horario de apertura.

- Yo tampoco recuerdo cuando me has visto venir a beber a este tugurio – replicó Greyson que ya contenía a duras penas su ira-. He venido a por la verdad.

La voz del herrero era un martillo. Sim les había advertido a todos que aquel hombre había provocado llantos en algunos niños durante los interrogatorios sobre el juego, pero ninguno había conseguido comprender el motivo hasta ese momento. Cuando Turff salió de detrás de la barra hacia las mesas centrales sus ojos delataban una chispa de temor. Sus labios se movían de forma descontrolada sin decir absolutamente nada. Bien podía estar rezando o divagando, lo cierto es que parecía un poco loco.

- No sé de que verdad me hablas herrero, vuelve a tu trabajo y déjame con el mio – suplicó mucho más suave.

- Te noto muy nervioso para ser un hombre inocente – continuó interrogando –. ¿Qué ocultas tabernero? No pienso irme de aquí hasta que no me enseñes cada rincón de este sitio.

- ¡No tienes ningún derecho a exigirme nada! – dijo gritando –. ¡Nadie en este pueblo tiene nada que le otorgue este derecho!

Greyson se había movido discretamente mientras aguantaba los malos gestos de Turff. Fueron tres pasos largos hacia su dirección. Instintivamente los críos también se desplegaron por la sala. Si iba a haber una pelea, el herrero tenía las de ganar. Pero uno nunca estaba seguro de que cosas podían volar en que dirección durante algo así.

- Los niños dicen que si que tienes algo que ocultar – presionó amenazante-, que ocultass a buen recaudo unos pape...

La palabra "papeles" murió en su boca. El tabernero estaba gordo pero reacciono con rapidez. Derribo una mesa para obstaculizar al herrero y se abalanzo sobre el crio que más cerca tenía. Aquel flacucho pelirrojo tendría que servir para sacarle de allí.

- ¡Suelta al niño saco de mierda! – dijo Greyson acercándose lentamente a él. Turff por su parte reacciono maldiciendo a viva voz mientras retrocedía hacia la única puerta que tenía a mano –. ¡Vamos cobarde, lo estas ahogando!

El feo tabernero gruñó e hizo caso omiso. La cara del chico casi había conseguido la tonalidad de sus pecas. Si seguía ejerciendo esa presión sobre su cuello acabaría matándolo. El forcejeo continuó unos interminables segundos hasta que su espalda dio contra la puerta. Turff la golpeó sin mirar con la pierna, y solo se giró cuando escucho el impacto contra la pared. El gordo tabernero corrió escaleras abajo con toda la velocidad que le permitía su cuerpo hinchado. Greyson le persiguió seguido de cerca de los tres niños. El sótano era relativamente amplio, pero carecía de escondites. Si hubiera sido algo más veloz, hubiera cabido la posibilidad de que Turff accionara la puerta secreta sin ser descubierto. No fue el caso, así que apenas dos minutos después estaba nuevamente acorralado pero un piso más abajo.

- ¡Le vas a matar imbécil! ¡Suéltale! – repitió el herrero.

El tabernero, el cual había perdido toda su valentía y estaba cagado de miedo,  iba a lanzar una replica cuando la sombra saltó sobre él. Era una masa de suciedad que portaba algo brillante en la mano. Realmente el brillo era escaso, pues escasa era la luz que se colaba por la puerta secreta abierta, Pero basto para que pudieran ver como se perdía varias veces entre la grasa de Turff. Y además fue más que suficiente para que su prisionero se liberara de su abrazo de oso. Sin embargo, aquel hombre estaba lejos de rendirse. Con sus dos manos enormes agarró con fuerza a su atacante y lo lanzó contra unas cajas cercanas. El cuerpo rebotó inerte tras el impacto. Seguramente hubiera querido oponer más resistencia, pero el puño derecho de Greyson le rompió la nariz y la determinación. Turff se desplomó en el suelo durante unos segundos de confusión. Por suerte, fueron suficientes para que el herrero consiguiera reaccionar a tiempo.

-¡Arriba! – ordenó a sus tres improvisados ayudantes –. Llamad a todo el que le interese, pero traedme a alguien que sepa tratar heridas. Y a Jan, que alguien avise a Jan en la Casa de Castigo.

Dos de los niños salieron escopetados de la sala. El tercero se quedó muy quieto en su posición, agachado junto al pelirrojo. Greyson iba a regañarle por desobediente cuando se dio cuenta que eran hermanos. No podía oírle bien, pero parecía que el niño murmuraba «aún respiras, no dejes de respirar» una y otra vez. Por su parte el herrero se dirigió hacia el fardo inmóvil que era el misterioso atacante. Conocía la capa antes de agarrarla, y no le hizo falta quitarle la mugre del rostro para reconocerle. Su sobrino estaba vivo, al menos de momento. Aquello no tenía nada que ver con lo que los niños le habían dicho. No estaba preparado para lo que había pasado. Pero la verdad es que algunas veces las piezas encajan aunque no seamos capaces de verlo.

Wheatley era Athly - Niño intrépido bloqueador

Neobody era Ander.

[ayrendor]

Comienza la Noche 5. Teneis hasta el Lunes a las 00:30 para enviarme acciones. Intentad cumplir todos el plazo.

[ayrendor]

Weddick solía ser un sitio muy tranquilo. Aunque los sucesos de la última semana podían despertar a la imaginación a pensar lo contrario, lo cierto es que lo más excitante de los anteriores veinte años había sido la visita de un viajero mestizo durante una tarde de otoño. Ni siquiera pasó allí la noche, pero había dado para hablar durante casi tres ciclos lunares. Probablemente aquello hubiera dado para sermones, predicciones, e incluso profecías en otros pueblos. Sin embargo, Weddick no contaba con una religión local asentada. Tampoco parecía objetivo de ninguna congregación buscando expandirse. De los hombres de fe poco se podía decir: los fundamentalistas rara vez se quedaban más de una noche, a los monjes peregrinos no les gustaban ni detenerse, y las órdenes armadas parecían tener alergia al lugar. Se podía decir que a Weddick no le gustaban los dioses, y a los hombres de dios no les gustaba Weddick.

La rutina de la vida en el campo era algo a lo que no costaba acostumbrarse. Rara vez alguien abandonaba Weddick. Y cuando alguien lo hacia, sus habitantes estaban de acuerdo con que esa persona nunca había encajado del todo allí. Después de su marcha, los emigrantes se olvidaban progresivamente del pueblo hasta que se convertía en un borrón en su memoria. Ese era el motivo por el que en tantos años nadie había explotado aquel punto.  ¿Cómo encontrar un lugar donde nadie recuerda haber estado?

El caso es que creo que nadie se sorprenderá si afirmo que en Weddick había niños que poseían habilidades más allá de lo normal. ¿Desde que momento? Difícil de determinar. Los pobres registros del lugar no contenían datos sobre una situación similar a la actual y que sirviera de precedente. Y siempre se llegaba un punto donde los papeles más antiguos se convertían en polvo al mínimo contacto. Así que prácticamente se podía decir que la respuesta más fiable era que aquello ya venía desde muy atrás.

Ahora bien, no se debe confundir las habilidades naturales que en general poseían los pequeños con una incipiente predisposición a las artes mágicas. Cualquier buen conocedor de la materia hubiera señalado que el resultado de tantas generaciones frustradas de gente con ese tipo de habilidades – sin importar la rama de conocimiento mágico para la que fueran aptos–, darían lugar a una inestable bomba de relojería con forma de pueblo. Las probabilidades de que dicho explosivo abstracto no hubiera explosionado a esas alturas al menos un par de veces eran prácticamente nulas. No, aquello era mucho más sencillo y primordial que los intrincados caminos de los poderes mágicos. Era la vida peleando por salir más allá de los inmaduros cuerpos de los niños. Una energía en pañales potenciada por la genética que intentaba expresarse sin tener la capacidad para hacerlo por si sola. Esa era la verdad escondida en Weddick. Oculta de forma natural durante años de gestación. Fruto de algo que no tiene explicación, o si la tiene nos es desconocida. Eso había tras el velo.



«Había subido al tejado para volar. Había tenido un sueño muy vivido donde lo hacia a la perfección. Estaba casi completamente segura de que no le costaría mucho. Solo sería un salto de fe, y el resto vendría a ella de forma natural...»

Jessi era...Sicca - Niña investigadora orgullosa

Nadie llegó a tiempo al lugar. La gran mayoría no llegaron a comprender que aquellos pensamientos inconexos sobre el cielo eran ideas proyectadas por otro ser. Y los que si lo hicieron,  solo pudieron observar horrorizados su caída durante unos angustiosos segundos. Luego vendría el caos mientras la atendían los adultos, y las dudas sobre que había ocurrido allí arriba. No había una única versión de la historia circulando. Un pequeño grupo –  casualmente conformado por mucha gente que ni siquiera estaba allí cuando sucedió todo –, afirmaba que la niña se había tirado. Por otro lado, la teoría más extendida era que se había tropezado jugando por aquellos tejados traicioneros. Había incluso quien creía haber visto a alguien más allí arriba, aunque nadie se ponía de acuerdo en aquel punto y las teorías se diversificaban. Era el inicio del sexto día del juego, y ya nadie se sentía seguro.

[ayrendor]

Comienza el Día 6 . Teneis hasta el Miercoles a las 23.59 para linchar. El número de votos necesario es de cuatro, así que cuidado con lo que votais.

[.Cactus.]

Hostia puta 

[.Cactus.]

Bueno, empiezo yo

Voto Maxus

Canta guapo, canta.