Vampiro: La mascarada. El ojo de Caín.

[Orleo]

Ignorando todo loq ue se sucede ahí abajo sigo por las escaleras hasta el 2º piso en busca de algo que pueda servir.

¿Qué veo?

[Khram Cuervo Errante]

Ignorando todo loq ue se sucede ahí abajo sigo por las escaleras hasta el 2º piso en busca de algo que pueda servir.

¿Qué veo?

Un pasillo con muchas puertas.

[Orleo]

Activo auspex por si notase algo (aunque supongo que me encontraré con llantos) y tirada de Percepción + alerta por si alguna puerta me llama la antención especialmente

[Khram Cuervo Errante]

Pues no notas nada, aparte de como dices, ronquidos y llantos.

[Orleo]

Subo al tecer piso y si es semjante al anterior (pasillo y puertas) repito el procedimiento Percepción + alerta

[Khram Cuervo Errante]

Sigues sin ver, oír o sentir nada.

[Orleo]

4º piso y más de lo mismo (¿tenía 5?)

[Khram Cuervo Errante]

4º y 5º piso, repetición de operación, nada de nada.

[Orleo]

Comprobados todos los pisos ( ) cojo el ascensor y bajo hasta abajo donde están los demás

[Memnoch]

Le hago un par de niveles de salud separando sus pies del suelo con los tentáculos y estirando de sus extremidades con los mismos, sin llegar a desmembrarlo pero sí haciéndolo hasta notar que algo se disloca.

- Creo que no lo ha entendido. Dios le ha puesto en nuestro camino para que nos ayude en nuestra misión, y eso es lo que va usted a hacer, por que si no...

Le hínco la punta del sable entre dos costillas y me acerco a su oído, lamiéndole el cuello de pasada.

- Créame, hay cosas peores que el averno. Podría condenarle a usted del mismo modo del que lo estoy yo ahora mismo, y si alguna vez muriese, su alma corrupta e impía acabaría irremediablemente en el infierno, preguntándose por qué el destino ha sido tan cruel con usted. Puedo matarle, sí, pero eso es demasiado fácil y demasiado irrelevante para usted, pero imagínese, una vida dedicada a Dios no pesará tanto como una larga no-vida alimentándose de sus semejantes, segando vidas para poder vivir, bebiendo la sangre de los hijos de Dios pero ésta vez de una forma no metafórica como hace en su iglesia, ¿le gustaría eso?

Le levanto aún más en el aire, rozando el techo.

- Ahora, ¡hable! ¿Qué sabe usted de lo que hacemos aquí y del Ojo de Caín?