CientoSeis

Detenéis vuestros respectivos vehículos delante del restaurante chino "La gran muralla". Desde fuera parece un antiguo palacio oriental con un cartel luminoso titilante y que de vez en cuando deja escapar alguna que otra chispa. Las calles parecen desiertas a vuestro alrededor.


Metrac: No notas nada anormal a tu alrededor. Te bajas de tu coche ajeno a tu alrededor y vas directamente a la puerta del restaurante.

Fedor: Durante todo el trayecto un hombre con gabardina montado en una moto os estuvo siguiendo. No te cuesta mucho reconocer que es el mismo que antes lo hizo cuando fuisteis al galpón de Enzo. Al llegar bajó de la moto y encendió un cigarrillo en una esquina. Desviaste un segundo la vista y ya no estaba. Pero la moto sigue ahí.

Torakus: No notas nada anormal a tu alrededor. Al llegar, sigues al mercenario mirando el suelo mientras caminas y pensando en la muerte de tu amigo.

Jonh: Durante el viaje, un hombre os estuvo siguiendo desde una motocicleta. Lo perdiste de vista antes de llegar al restaurante, pero recuerdas que iba con una gabardina y que al pasar por unas farolas, se reflejo la luz en su cuerpo en lo que parecía metal.

Comienza la segunda escena, entra Der por Torocatala y toma el mando de Torakus.

En voz ligeramente alta, para que lo oigan todo el grupo:
-Torakus, parece que tenemos un fan detrás, nos lleva siguiendo desde que fuimos a casa del arreglador.

"Que nos hubiesen estado siguiendo no me gustaba nada y había que zanjarlo ahora" pienso mientras me giro hacia Fedor -¿Dónde esta?-

"¿En serio? Bueno, echaré un vistazo a ver si veo algo. ¿Qué tal si váis pasando mientras miro a ver si le descubro?"

-Se apoyó en aquella esquina y enseguida se esfumó. Su moto es ésa. -La señalo con el dedo.


¿Puedes darme una descripción más detallada del fulano este, thylzos?

No es especialmente alto, dirías que no llega al metro ochenta. En cambio es muy corpulento y se le nota una poderosas musculatura, pero no sabría decir cuánto de ella es natural, pues sabes que al menos uno de sus brazos son metálicos y te pareció notar más partes inhumanas en su cuerpo. Siempre que miras a sus negros ojos los ves llenos de frialdad. Su pelo es amarillo apagado y corto.

Intento visualizar donde me ha indicado por si le vuelvo a verle asomar para espiarnos.

"¿Y dices que esa moto es suya? ¿Qué tal si le hacemos un apaño gratis? De tanto seguirnos se le va a estropear al final." - le susurró en voz baja para que no nos oiga.

Respondo en el mismo tono  que Torakus:
-Seguir a la gente tiene sus riesgos. ¿Le "revisas" el motor tú mismo?

"Por supuesto." - respondo con una mueca parecido a una sonrisa en la cara.

"Venga, no esperéis más y entrad dentro. Sea lo que sea que haya que hacer hay que acabarlo pronto."

Me dispongo a cruzar la calle hacia un lugar desde el que me pueda ocultar entre las sombras mientras voy a la moto en cuestión sigilosamente. De vez en cuando echo un vistazo por si veo a alguna persona moverse por ahí que se parezca a la que me ha dicho Fedor.

"Me han leido el pensamiento" me digo a mi mismo mientras me giro hacia la moto

-Fedor, describeme a quien nos seguia- le digo sin apartar la mirada de la moto

[supongo que la descripcion que has puesto iba solo para el y cuando me lo describa intento no se si se puede con tirada ver si reconozco a algun compañero de oficio con esas caracteristicas]

-Rubio, pelo corto. Estatura media, metro ochenta o menos, ojos negros. Un brazo metálico y probablemente más implantes del estilo. Lleva puesta una gabardina.

Cuando llego a la moto, intento fastidiarle los frenos cortando el cable, por ejemplo.

Mientras, echo vistazos de vez en cuando por si alguien se me acerca y si es la persona que me ha dicho Fedor..

Caes en la cuenta de que ese tipo es un mercenario, compañero de profesión tuyo, que trabajó un par de veces para unos jamaicanos. No logras acordarte el nombre de la banda.


Te parece ver un ave hermosa a unos pasos tuyos, tienes plumas verdes y azules y el pecho de color amarillo. Es más o menos de 30 centímetros de alto y está parado en frente tuyo a unos metros mirándote. Te parece que es un guacamayo, un ejemplar difícil de ver en estos tiempos y te sientes afortunado.


Cambias un par de cables aquí y allá, cortas alguno que sobra, toqueteas algo el motor y en unos minutos la moto de vuestro "amigo" está lista para que se lleve una grata sorpresa. ¿Lo mejor de todo?, no dejas ni rastro de tu paso. Un trabajo como Dios manda.

Todavia cubriendo al arreglador digo en voz alta -Vamos entrando-

Totalmente fascinado por el ejemplar que tengo ante mis ojos, lo contemplo un momento. Enseguida vuelvo en sí de mi estupefacción y voy camino de la entrada a ver el espectáculo que han montado mis compañeros.

Valentine se limitó a entrar al restaurante con la niña de la mano, no sabía si iba a sacar alguna información de un sitio tan poco indicado para asuntos de ese tipo, pero al menos iba a irse de él con el estómago lleno.

Descríbeme el local.

Entráis en un local completamente pintado con un amarillo apagado, bastante espcioso y con mesas redondas de diversos tamaños distribuidas alrededor de una barra con un dependiente oriental treintañero, con pelo oscuro y cara redonda. El lugar está casi lleno y no hay uno sólo que no tenga los ojos rasgados. Al entrar y ver vuestros rasgos occidentales la mayoría se giran y os lanzan miradas amenazadoras.

Introduzo una mano en el interior de la gabardina y agarro la empuñadura de la pistola mientras recorro la sala con la mirada buscando posibles peligros [tirada]

- Éste tío es completa e irremediablemente idiota -digo a los demás de forma perfectamente audible-, por el bien de la causa deberíamos abandonarlo en una cuneta, tirarlo a un río o amordazarlo y dejarlo en el maletero de un utilitario. Y ehh, en lo que respecta al numerito que está montando, yo no lo conozco.

Me dirijo al primer camarero libre que encuentre.

- Hola, buenas noches. Una mesa para cinco, por favor.

El camarero es un hombre bajo y rechoncho, con piel muy pálida, nariz igual de circular que su cuerpo y ojos como dos líneas. Sonríe al periodista y lo lleva hasta una mesa circular a unos pasos de la barra, coge unas cartas y las deja a su alcance.

Mientra tanto, varios de los orientales que había en el local responden ante la amenazante actitud del mercenario sacando sus armas de sus bolsillos y apoyándolas sobre la mesa en señal de amenaza. Uno, incluso, se pone de pie y se apoya en una columna cercana a la mesa que acaban de darle a los recién llegados y mira con hostilidad desde allí.

Podéis postear los demás también, ehh.

Tú eres el actor principal aquí en el chino, que para eso elegiste el lugar, leñe.

A Gregor: -Guarda eso, no creo que puedas con todos y si así fuese no es cuestión de montar follones sin necesidad.

Me siento en la mesa indicada por el camarero (supongo que mem y la niña ya se han sentado).

Entro en el local para encontrarme al estúpido mercenario apuntando a todo el mundo y el resto de gente con gestos amenazantes de sacar sus armas a relucir.

Ante mi fugaz mirada atónita, cambio de intenciones y busco una mesa libre que no esté demasiado cerca de Gregor y los demás. No tengo ganas de que me acribillen a tiros por su culpa. Hago señas al camarero para que me traiga el menú y fingir mientras que observo la sala detalladamente para ver si logro percatarme de algo.

¿Tengo que rolear como cojones como en un restaurante? Si fuese que el DJ no se pasa por el foro como sucedía con Khram pues vale, pero sabiendo que no es el caso si no avanzamos en la historia yo paso de continuar con esto, me pongo a hacer el mongolo hasta que me maten y pista.

Me situao cerca de la puerta con actitud marcial esperando a que los demás acaben