Estabais los tres en el taller de Michael, recordando viejos momento en que trabajaban juntos en el mismo negocio. No por nada erais considerados como unos de los mejores técnicos de toda la ciudad, pero no sólo eso os unía, sino que también una antigua amistad de años y años de antigüedad. Sin embargo, como todo, eso se fue enfriando con el paso de los años y no se les ocurrió otra idea que calentarlo un poco tomando algo juntos después de tanto tiempo.
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En serio, este wearman es buenísimo. -Dice vuestro compañero de profesión mientras mueve la cabeza de arriba a abajo al ritmo de la música que suena en su cabeza a través de un complicado sistema eléctrico.-
Enzo se pasó con este producto. Si queréis le digo que os consiga uno a vosotros, esto es mucho mejor que cualquier otro reproductor. Ése Ferrari es la polla. Y todo por un 30% menos de lo que me hubiesen dado en cualquier tienda.En ese momento, decide apagar la música e ir a buscar algo más de cerveza. Pero en ese momento algo comienza salir mal: no puede desconectarlo de su cerebro. Su cara comienza a reflejar un pánico creciente y su rostro a teñirse del mismo blanco puro que la pared que tiene detrás. Un líquido rojo baja de su oreja mientras rápidamente os ponéis de pie y saltáis al unísono a ayudar a vuestro amigo. No sirvió de nada, cuando llegasteis a su lado sus ojos pasaron a color granate y su respiración cesó tan pronto como posasteis una mano sobre él.
Entre pesares por la pérdida de un amigo, llamáis a la policía para denunciar la muerte. No tardan en llegar y un rápido examen revela la causa: el wearman que tenía instalado estaba saboteado para acabar con quien se lo conecte.
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En los últimos días se han dado muchos casos como éste... -Comenta el oficial que os atiende.
Mataron a vuestro amigo y sólo tenéis un nombre: Enzo Ferrari. Que además, según el periódico del hospital, está en busca y captura.
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Tirada de Inteligencia (éxito)
¿Nombre italiano?, ¿qué mejor sitio para encontrar a alguien con ese apellido que Little Italian?
(Cabreado y hablando conmigo mismo:)
-Mierda, mierda, mierda! Primero Xarasá, luego mi hermano, y ahora esto! ¿Que mierda esta pasando?
(Le susurro a Fedor:)
-Fedor, creo que deberíamos investigar por nuestra cuenta, yo voy a ir ahora mismo a Little Italian, seguro que alguien sabe algo de esa rata de Enzo. Yo tengo moto, ¿Tu tienes alguna forma de ir allí?
Fdi: ¿La moto es de 2 plazas?
-Pues no, yo soy fiel a mis pies, lástima que estos tengan poco alcance. Pero vayamos a Little Italian de cualquier modo, nadie sabotea a un amigo sin mi permiso.
F.d.I.: Sí, es de dos plazas.
Subís ambos a la motocicleta de Torakus y conducís hasta Little Italian por la sombría noche de Nigth City. Las ratas son vuestra única compañía y no tardáis en llegar a uno de los bares más frecuentados de todo el barrio: "El Errante". El lugar ideal para identificar a la escoria del lugar. Dentro os encontráis con una habitación de madera y como mucho cinco mesas, donde en una de las esquinas del fondo hay bebiendo una banda de motoqueros, en la barra un hombre con más metal que carne del que apenas sacáis en claro que tiene cabello oscuro y detrás de ella un camarero grueso limpiando sin mucho resultado una copa mientras centra su atención en la televisión que cuelga a unos diez metros de él.
¿Qué están poniendo en la tele que es tan interesante para el camarero?
Me siento en la barra a unos dos asientos del hombre metálico y me dirijo al barman:
-Camarero, un whisky.
Cuando me lo sirva le pregunto en tono quedo:
-¿Conoce a un hombre llamado Enzo Ferrari?
Espero a su respuesta atento por si intenta ocultarme información (haz tirada si la hay para esto o algo).
En contra de Fedor, yo me acerco al grupo de motoqueros del fondo.
-¿Esas grandes motos de fuera son vuestras?, Parecen potentes, Ojala pudiera tener yo una así.
Fedor ve cómo la televisión trasmite las noticias de la noche, donde una presentadora de buen ver habla de recientes muertes que han tenido lugar a causa de ciberimplantes de mala calidad vendidos en condiciones poco legales.
El camarero lo mira de hito a hito mientras sigue moviendo la mano con el trapo al rededor del vaso. Finalmente y a pesar de su mal estado, lo coloca delante de su cliente y saca de debajo de la mesa una botella maltrecha de la que deja caer whisky sobre el recipiente. Luego mueve ligeramente la boca y centrando de nuevo su atención en la televisión le contesta casi sin mirarle y con un ligero acento italiano.
- Todos conocen a Enzo.
Mientras, Torakus se acerca a los motoqueros, unos cuatro hombres vestidos con chaquetas de cuero y vaqueros casi idénticas entre sí y que se encuentran bebiendo de una botella mugrienta de la que no se ve ni la etiqueta que marca su contenido. Al hablar, le responde el que tiene más cerca, que además es de casi dos metros de alto y con una musculatura imponente.
- Sí, son nuestras. Así que más te vale mantener tus sucias manos lejos de ellas.
-Tranquilo, amigo. -Le digo al motoquero
-Soy un tipo legal, tan solo estoy buscando a un viejo conocido que me debe un favor, se llama Enzo, Enzo ferrari, ¿Has oido hablar de él?
Bebo un sorbo del whisky.
-¿Sabe dónde podría encontrar a Enzo? He de darle un mensaje en persona de parte de un amigo.
El camarero sonríe y deja ver una hilera desigual de dientes amarillos mientras sigue concentrando su atención en el televisor. Deja el trapo en la barra y se dirige finalmente a ti.
- Muchos amigos quieren verle. A mí me gustaría tener un motivo para ayudarte, créeme, pero a Enzo lo considero casi un hermano y la poli lo busca.
Los motoqueros se miran todos entre sí. Finalmente, el mismo tipo que te habló antes y que parece ser el que lleva la voz cantante te contesta entre agresivo y sorprendido:
- Casualmente a nosotros también nos debe un favor. -Se pone de pie y pega su cara a la tuya, amenazante.- No tendrás nada que ver con él, ¿verdad?
Sonrío e intento no parecer amedrentado.
-Por tu reacción creo que lo buscamos por temas parecidos. Quiso creer que era el mas listo. Ahora tiene problemas, y por lo que parece, mucha gente quiere su pellejo.
Hago una pequeña pausa.
-Entonces... ¿Sabes algo?
Tirada de Persuasión y labia (éxito)
Parece perder ligeramente la postura amenazante que acababa de tomar, pero sin bajar la guardia. Resopla fuertemente y da un puñetazo en la mesa con rabia. Parece bastante enfadado. Finalmente vuelve a centrar tus ojos en ti y sisea con ira contenida:
-
Sólo sé que un apestoso Arreglador de menos de metro setenta y bastante feo que se hace llamar Enzo Ferrari le vendió a mi hermano una mierda jodida que lo mató nada más conectárselo. Me las pagará.
-Vaya, entonces estamos en las mismas. Una pena no poder contar con mas información. Parece que no va a ser fácil encontrarle. Tal vez mi compañero haya tenido mas suerte.
Me giro para ver como le va a Fedor
Con una sonrisa torcida, con el mismo tono quedo y mirándole fijamente le digo al camarero:
-Jeh, los colegas de aquí no le quieren tan bien como usted. No me entienda mal, mi compañero y yo buscamos a Enzo por motivos distintos. Yo le busco para ofrecerle ayuda, mi compañero para que le devuelva un favorcillo, pero es un hombre razonable. ¿Me dirá usted dónde puedo encontrarle?
¿Qué está haciendo y cómo es el hombre-cyborg? ¿Cuántos y cómo son los motoqueros?
Ves cómo el hombre hecho casi por completo de metal bebe de un pequeño vaso mientras mira con auténtica frialdad en frente suyo, a unas estanterías con botellas que hay detrás de la barra. Los motoqueros son cinco, hay uno de dos metros, corpulento y bastante enfadado; otro de igual tamaño, pero más que corpulento, gordo; el tercero es pequeño y tiene un cuchillo de medio metro sobre la mesa; el cuarto es rubio, atractivo y con una sonrisa picarona en el rostro y el quinto es de piel oscura y brazos musculosos. El camarero se ríe sonoramente antes de responder:
- Me parece que no me has entendido. Yo soy muy fiel a mis amigos. -Apoya los codos sobre la barra y te susurra malicioso.- Pero no conozco a nadie que no tenga un precio.
-Yo tampoco ¿Cuál es el suyo, amigo?
- ¿Mi precio? Pues si según el periódico la cabeza de Enzo vale 750 eurodólares, la información acerca de dónde está esa cabeza, vale lo menos 350.
En vista de que Fedor y el camarero se han acercado el uno al otro, y parecen hablar de algo interesante, me acerco a ellos.
-Buenas señores. Parece un tema interesante ese del que hablan. ¿Tal vez pueda yo estar interesado en ello?
Miro de reojo al semi-cyborg, me da mala espina.
El camarero te mira con algo de desconfianza y sigue tus ojos hacia el hombre que está sentado en la barra antes de responder esquivo.
- Pues no lo sé, estoy aquí ultimando negocios con tu amigo.
-Oh, negocios, me encanta esa palabra. Comprar vender, son cosas tan bonitas. Al final todos acaban ganando. Es incluso mejor cuando lo que se vende es información.
Dejo entrever un pequeño fajo de billetes.
- A mí también me gustan los negocios. No sé si sabíais que cuando sube la oferta también sube el precio y esta información va en aumento. Ahora mismo se encuentra en unos 450 eurodólares.
-Habíamos quedado en 350 por esa información, y él está conmigo en esto.
El hombre volvió a reír grotescamente, dejando ver sus amarillentos dientes.
- Sí, pero cuantos más interesados haya más vale la información. Como queráis, pocos saben donde para Enzo y puede que ellos no lo pongan tan barato como yo.
-De acuerdo, de acuerdo. -Saco los 100ed que faltan- -Ahí va el resto, no se podrá quejar de que negocia mal. Ahora, ¿dónde?
Coge los billetes y los guarda bajo la barra sin dejar de sonreír y desviando de vez en cuando los ojos al telediario. Luego mueve ligeramente la boca de lado a lado y responde lentamente.
- En un galpón abandonado a las afueras del barrio, a unas diez manzanas desde aquí todo recto. Suerte con la recompensa.
-Oh, muchas gracias, una información cara pero valiosa.
Camino con paso ligero hacia la puerta, y mientras la aguanto dejando paso a Fedor, digo con un tono alto, con tal de que me escuchen los moteros:
-De nuevo, gracias por la información amigo, seguro que Enzo estará muy contento de que nos haya facilitado su dirección.
Acto seguido, suelto la puerta y me apresuro hasta la moto, con una sonrisa en la cara.
:lol:
Voy con paso ligero hacia la moto y me monto.
-Hala, arranca, que ya le has dado trabajo al mastodonte ese. Le digo a Torak entre risas.
Arrancáis y os dirigís apresuradamente hacia el galpón que os habían indicado.
Tirada de Advertir/Notar (Fae) (éxito rotundo)
Al girar la cabeza desde la moto ves cómo os sigue otra sobre la que va montada el hombre metálico que visteis en el bar. No se despega de vosotros en todo el trayecto y se detiene a más o menos unos cien metros del galpón.
Tirada de Advertir/Notar (Torocatala) (éxito)
Por el espejo lateral de la moto ves a otra que os sigue, pero no llegas a distinguir ni donde para ni quién va montado en ella.
Unos pocos minutos después, llegáis a vuestro objetivo. Delante de vosotros hay un galpón de aspecto lúgubre donde no parece que pueda vivir en buenas condiciones nadie.
-Tsk, el mastodonte nos ha seguido en otra moto. Vayamos con cuidado.
Me digo para mis adentros: ¿Será él el tal Enzo? Si esos implantes son tan buenos como el wearman de Michael se le caerán a pedazos si los menea un poco, ¿o se habrá reservado la calidad para él sólo?
Al bajar de la moto, saco la pistola, y mientras abro el tambor, para comprobar que esta cargada, le digo a Fedor:
-Esperemos que no intente hacer nada raro.
Guardo la pistola. Y miro a Fedor a la cara.
-Por cierto, ¿Como quieres hacerlo?
-Seamos educados, toquemos a la puerta, a ver qué se cuece.
Por lo bajito a Torak:
-¿Sabes qué pinta tiene? No sé por qué tengo la sensación de que el mastodonte podría ser él.
-El periódico decía que no era gran cosa. Sin embargo, nunca se sabe, podría estar acompañado. Mas vale prevenir. Doy una palmadita sobre el lugar donde esta la pistola.
Llamo a la puerta golpeandola con los nudillos.
Al golpear la puerta, esta se abre sin oponer casi resistencia y en el interior os encontráis con dos hombres: uno tiene bastante metal en la cabeza y viste ropa ligera, no os cuesta mucho adivinar que es un netrunner por sus pintas. El otro es relativamente alto (alrededor de metro ochenta), rubio y atractivo. Al verlos, éste último exclama con un marcado acento italiano:
- ¡Pero qué bella sorpresa! Desde que salgo en el periódico, mis visitas aumentan a un ritmo desesperado. ¿Quién hubiese dicho que yo, Enzo Ferrari, conseguiría tantos nuevos amigos el mismo día que ponen precio a mi cabeza?
F.d.I.:Prólogo acabado, abro la partida cuando Shadark termine el suyo.